La Naturaleza de Dios
¡Qué tremendo, no? Un hombre, un simple hombre, finito, imperfecto, mortal, hablando de la naturaleza de su Dios. ¡Si hasta parece una irreverencia! Sin embargo, no es ninguna irreverencia. Sólo el hombre salvo puede hablar de Dios con la autoridad que le otorga ser uno de sus hijos. ¿Quién sino un hijo podrá hablar con propiedad y conocimiento de su padre? La naturaleza de Dios.
Yo recuerdo, mucho antes de conocer al Señor, me hice dos
preguntas, entre tantas, que quizás tú también te hayas hecho en alguna ocasión:
La primera, ¿Quién es Dios? La otra, ¿Qué cosa es Dios? Definiciones de gente
estudiosa, hay muchas. Algunas muy impactantes, pero de las humanas, me voy a
quedar con la de un escritor: Westminster. Dice: “Dios es Espíritu, infinito,
eterno e inmutable en su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad y
verdad”. Sin embargo, lo humano, aun con la mayor unción, siempre es limitado.
La definición bíblica, que es la que siempre elegiré tomar, puede sustentarse a
partir del estudio, en principio, de los nombres de Dios.
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